Un huerto urbano en casa para los peques de la familia
En el balcón, en la terraza o en la azotea. Incluso en las ventanas. Los huertos urbanos crecen por todas partes gracias a la implicación de las personas, cada vez más preocupadas por la alimentación ecológica y natural, y a la facilidad de conseguir ‘cajoneras’ o ‘terreros’ que puedes encontrar en cualquier tamaño y forma.
En ellos se puede plantar casi de todo: plantas aromáticas, flores de temporada, plantas de huerta… Las posibilidades son infinitas y, sin duda, es la mejor forma de enseñar a los más pequeños de la casa cómo funciona la naturaleza, que la fruta y verdura no se ‘produce’ en super mercados y, en definitiva, establecer un vínculo con la naturaleza que les haga preocuparse por ella.
¿Qué beneficios tiene un huerto urbano en casa?
En la gran mayoría de casos, los niños que cultivan sus propias frutas o verduras suelen probar con más facilidad este tipo de alimentos. La ilusión de ver crecer un tomate desde la semilla hasta el momento de darle un mordisco facilita que estén dispuestos a probar más frutas y verduras e incluirlas de forma regular en su dieta.
Hay que predicar con el ejemplo: si los adultos de la familia involucran a los más pequeños en cada tarea, desde regar hasta recolectar el fruto, estaremos fomentando el pasar tiempo en familia sin pantallas de por medio. Un contacto directo con la naturaleza que hará crecer la curiosidad de los más pequeños y creará momentos únicos en familia.
El cultivo en casa también enseña valores muy importantes como es la responsabilidad. Enseñar a los niños desde pequeños a hacerse cargo de una planta, regarla, recoger las hojas caídas, abonarla… El reparto de tareas y la asignación de las más sencillas a los peques hará que siempre estén pendientes de la evolución de las plantas para conseguir los mejores resultados.
Kilómetro 0 de verdad: ¿quién puede decir que la fruta y verdura que consume llega sin generar emisiones contaminantes? La preocupación de las personas por el cambio climático cada vez es más palpable y se evidencia en que ya somos muchos los que buscamos alimentos de KM0 para reducir al huella de carbono que se genera con cada producto. No hay nada más ecológico que cultivar en casa.
Pero… ¿Cómo hago un huerto urbano en casa? Muy fácil: el primer paso es conseguir un semillero para facilitar que los primeros brotes crezcan protegidos y en condiciones óptimas. El siguiente paso es llevarlos a la maceta y cuidar la planta como si de un huerto típico se tratase. Lo más complicado puede ser encontrar el lugar idóneo con condiciones de luz, pero si no tuvieras balcón o terraza, existen ‘cajoneras’ que se enganchan a cualquier ventana.